miércoles, 20 de julio de 2011

Los mormones vuelven a la carga

Por Agencia EFE – 26/06/2011

Washington, 26 jun (EFE).- Creen en un triple cielo, llevan ropa interior especial y rehuyen el café. Y ahora, dos de ellos luchan por llegar a la Casa Blanca, mientras una campaña nacional se empeña en llevar a los mormones al centro de la sociedad que les vio nacer.

"Soy mormón", reza el lema de un enorme cartel instalado esta semana en uno de los cotizados luminosos de la neoyorquina Times Square.

Sobre la frase, una decena de fotografías de gente montando en motocicleta, escalando una montaña, o simplemente presumiendo de sonrisa envía el mensaje de que los mormones, lejos de ser personajes extravagantes y cerrados, son como el vecino de enfrente.

Ocupan posiciones de poder, como el senador demócrata Harry Reid, enamoran desde la gran pantalla, como la actriz Katherine Heighl, y despiertan los suspiros de millones de adolescentes, como la escritora Stephanie Meyers a través de los libros de la saga "Twilight".

Pero los más de 6 millones de mormones que viven en Estados Unidos no logran sacudirse la imagen de sectarios, controladores e incluso polígamos, pese a que esa práctica quedó prohibida en sus filas a finales del siglo XIX.

La idea de votar a un mormón, como los aspirantes republicanos a la presidencia Mitt Romney y Jon Huntsman, repele a uno de cada cinco estadounidenses, según una encuesta reciente de Gallup, y el segundo de esos candidatos no se atreve siquiera a confesar si hoy por hoy es practicante de la fe.

Casi doscientos años después de su creación en comunidades del oeste de Nueva York, la Iglesia de los Santos de los Últimos Días está decidida a conquistar de una vez por todas el corazón de Estados Unidos, donde apenas vive la mitad de sus feligreses.

Para ello, la campaña lanzada en Times Square paseará el orgullo de 30.000 mormones por vallas publicitarias, laterales de autobuses y pantallas de televisión de 24 estados, con el fin de definir mejor su fe y contrarrestar imágenes de poligamia y hermetismo como las creadas por la serie de HBO "Big Love".

No será tarea fácil, a juzgar por la respuesta que provocan en el país los capítulos más estrambóticos de su doctrina, reflejada en el "Libro del Mormón" y satirizada en un musical homónimo que triunfa en Broadway.

Tienen prohibido fumar y beber alcohol o café, deben ayunar el primer domingo de cada mes y muchos llevan una ropa interior de dimensiones colosales, diseñada para "proteger de la tentación y el mal".

A través de una devota práctica de la fe, aspiran a llegar al tercer cielo, el que supera a los reservados para malhechores y para todos los no mormones, y en el que cada uno de ellos se convertirá en dios y creará billones de espíritus que llegarán a la Tierra como nuevos profetas de la fe.

La poligamia, que aún practican en vida más de 40.000 mormones fundamentalistas, sí está aceptada en el cielo, en el caso de que el mormón, unido para la eternidad con su esposa, vuelva a casarse al quedar viudo y selle un nuevo vínculo inquebrantable.

La fe mormona supone, además, sacrificios económicos: alrededor del 10 por ciento del sueldo anual debe destinarse a la causa, en una suerte de "diezmo" que ha elevado el patrimonio de la iglesia por encima de los 30.000 millones de dólares.

Pero se trata de una simple propina para la mayoría de sus miembros, encaramados a puestos de poder en las grandes corporaciones del país y buscados por la CIA o la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

Obligados a emprender misiones de evangelización en su juventud, los mormones han logrado, a base de perseverancia, convertirse en la cuarta religión de EEUU, y una de las que más crece, con un millón de miembros nuevos cada tres años, según datos de la iglesia.

Y en el espinoso camino a la Casa Blanca, los mormones tienen de su parte la profecía más puramente americana que pueda imaginarse: la de que Jesús volverá a la Tierra, y su primera parada será, por supuesto, Estados Unidos.

Lucía Leal

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uxtla Gutiérrez
Como ovejas entre lobos (PRIMERA DE DOS PARTES)

EL COMPLEJO ubicado a la entrada del fraccionamiento San José Chapultepec de Tuxtla Gutiérrez es uno de los más importantes para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La mormona es una de las comunidades que más creció en Chiapas, en los últimos años, gracias al trabajo de sus misioneros, en parte. El dogma tiene muchas particularidades
El Heraldo de Chiapas
20 de julio de 2011

ERICK SUÁREZ



Pasan por la calle, de dos en dos, como dice la Biblia. Mochila al hombro y gafete en el pecho, extranjeros y nacionales "convertidos" difunden su "verdad". Los reciben con "maldiciones"; en su caminar aprenden a cambiarlas por bendiciones. Limpieza y elegancia caracterizan a sus centros de culto. Son creyentes del matrimonio eterno y el bautismo de los muertos.

Esto es parte de la doctrina mormona, religión con más de 8 mil seguidores en la entidad, número que aumentó más del 50 por ciento durante la década pasada, según las estadísticas más recientes, gracias al movimiento migratorio entre Chiapas y Estados Unidos, país donde surgió en el siglo XIX, entre otras causas.

Su credo es reconocido por unos, por fomentar la solidaridad y unión familiar; y criticado por otros, por restaurar el diezmo y asegurar que Jesús de Nazaret predicó en América, bajo la imagen de un dios prehispánico.



AMÉRICA, LA TIERRA PROMETIDA

Infantes, mujeres y hombres adultos salen y entran del complejo del fraccionamiento San Miguel Chapultepec, en el norponiente de Tuxtla Gutiérrez. No es común, al ser la mañana de un miércoles de verano. Son unos congregados de Guadalajara, Jalisco, quienes aprovechan su estancia para visitar el recinto capitalino. Sus dirigentes los reciben.

Uno de los administrativos -en aquel tiempo- es alguien que llamaremos Fabio, quien me ofrece pasar a un salón. Me invita a tomar asiento en una banca. Nos sentamos al mismo tiempo. Deja su portafolio en uno de los espacios vacíos. Está listo para explicarme su dogma, como en sus tiempos de misionero.

Relata que su denominación oficial es Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Su nombre tiene como bases los principios bajo los que fue creada y la etapa en la que estamos, "la última de la humanidad". Sus miembros son conocidos como mormones, por el texto que rige su fe. La palabra significa "gente buena".

El culto nació en Estados Unidos en 1820, de la mano de Joseph Smith. Fue constituido oficialmente 10 años después. Sus fundamentos están en el Libro de Mormón, escrito por profetas que habitaron América y encontrado en una montaña, de acuerdo con el entrevistado.

Narra el génesis de la vida; la llegada a nuestro continente de tribus provenientes de Oriente Medio, alrededor del 600 antes de nuestra era, y su posterior división en nefitas y lamanitas; así como el desarrollo de las grandes civilizaciones antiguas.

Uno de sus pasajes cuenta el viaje de Jesús de Nazaret por América, donde difundió sus enseñanzas, después de su resurrección. Fue conocido como Quetzalcóatl o Kukulcán.

Informa que su canon literario es completado con la Biblia y la Perla del Gran Precio, una compilación de los evangelios de Moisés y Abraham, acompañada de crónicas que tratan sobre la fundación y organización de la institución.

La diferencia entre el Libro Mormón y la Biblia es que el primero fue redactado en el continente y el segundo por los judíos.

Su centro de mando está en el Valle del Lago Salado en Utah, Estados Unidos, lugar colonizado por unos devotos a mediados del siglo XIX. Smith no pudo ver la tierra prometida, porque fue asesinado. Promover la poligamia le provocó antipatías, asevera Amelia Domínguez en su obra "Los mormones: surgimiento, expansión, crisis y asentamiento".

Su destino es responsabilidad de su Primera Presidencia, formada por un líder y dos consejeros. Ellos más 12 personas, un obispo y ocho grupos son sus regentes mundiales. Todos los cargos son ocupados por hombres, a semejanza de la iglesia primitiva, según ellos.



MÉXICO, LENTO Y SEGURO

Sus adeptos emigraron al país en 1876, al huir de la persecución que sufrían por autorizar la multiplicidad de parejas. Arribaron a Sonora y Chihuahua. Los indígenas fueron sus primeros partidarios. Una década después tradujeron el Libro de Mormón al español, destaca Carlos Garma Navarro en su texto "Los estudios antropológicos sobre el protestantismo en México".

Fundaron su primera estaca -unidad territorial equivalente a una diócesis en el catolicismo- en Ciudad Juárez, en 1895. No participaron en su vida política, aunque impulsaron el crecimiento económico de la zona.

De no ser por las reformas de Juárez sobre la libertad de doctrina, no hubieran predicado sus ideas, reconoce Fabio.

Sus practicantes llegan al Centro de la República en la segunda parte del siglo pasado, para después alcanzar el Sur-Sureste. Istmo-Costa, Soconusco, Centro y Norte fueron las primeras regiones que visitaron en la entidad. Sus conflictos con las autoridades estadounidenses, la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera retrasaron su expansión.

La insuficiencia de la Iglesia católica romana para atender su gente; la explosión demográfica; la pérdida de los valores tradicionales; la creciente migración a la Unión Americana; y el apoyo de algunos gobiernos que buscaban aminorar la presión política de los ministros religiosos tradicionales, permitieron su arraigo en el país, asevera Francisco Antonio Gómezjara en su escrito "Sociología".

Hay más de 14 millones fieles en el orbe, de los cuales alrededor de 315 mil residían en el territorio nacional, hasta junio de 2010, monto 33 por ciento superior que en el 2000. De ellos, el 2.6 por ciento vivía en Chiapas, conforme al Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de ese año.

La promoción de su credo es efectuada por medio de misiones. Tuxtla Gutiérrez es la cabecera de una. El Inegi registró 8 mil 500 feligreses en la entidad -53 por ciento mujeres-, durante el ejercicio pasado, 62 por ciento más que hace una década. Representan el 0.1 por ciento de los sujetos que afirmaron comulgar con algún dogma. Duplican la cantidad de creyentes que reúnen en conjunto las iglesias del Dios Vivo, Luz del Mundo, Columna y Apoyo de la Verdad.

Están presentes en 44 de los 118 municipios. Penetraron más en los del Centro, Altos, Soconusco y Selva. Siete demarcaciones concentran el 90 por ciento de los mormones. Las más importantes por número son la capital, Tapachula y Cintalapa, con 2 mil 993, mil 971 y mil 229, respectivamente, durante el 2010. En una decena de lugares sólo tuvieron un seguidor.

Tenemos más influencia en las zonas urbanas, porque hay mejores vías de comunicación y predomina el español. Es complicado aprender lenguas indígenas, por ello aún no tenemos la presencia que deseamos entre los pueblos originarios, confirma el informante.



ADMISIÓN RESERVADA

Sus congregados son reunidos en estacas, administradas por una Presidencia, compuesta por un dirigente y dos asistentes. Son conformadas por barrios, liderados por obispos, quienes son apoyados por dos secretarios. Si sus integrantes están dispersos eligen un sitio para frecuentar y dividen la hermandad en ramas.

El entrevistado recuerda que sólo existía una estaca en el estado, a inicios de la década de 1990. Fueron instituidas más por el incremento de miembros, en dicho lapso. Hay dos en Tuxtla: una en el poniente y otra en el oriente. Cada una incluye a municipios aledaños o sus franjas.

La Iglesia cuenta con más de 20 capillas y un templo en Chiapas, ubicado en el fraccionamiento San José Chapultepec, en la capital, construido en los albores de 2000. Las primeras atienden hasta 12 barrios. Si la demanda es mayor es edificada una nueva. También es analizada la creación de una nueva estaca.

La edificación y mantenimiento de los inmuebles es sufragada por los devotos, quienes aportan la décima parte de sus ganancias mensuales, como estableció el profeta Malaquías.

No importa quién lo erogue, sino su integridad. El dinero también es invertido en servicios sociales y para imprimir libros y folletos, destaca el entrevistado.

Juan Olea, uno de los jerarcas del culto en la entidad, aclara que sus ingresos no decrecieron en los últimos tres años, pese al desarrollo de la crisis financiera mundial. Por ello, comprarán terrenos para construir más complejos, por el crecimiento de la comunidad mormona.

"El diezmo es cuestión de fe. La persona sabe que el monto le será regresado en bendiciones", puntualiza.

Los adeptos acuden a sus recintos los domingos, para conmemorar la eucaristía y ser instruidos, con base a su edad y sexo.

Muchos piensan que sólo los ricos comulgan con nuestra doctrina, por nuestra forma de vestir o por el arreglo de nuestras capillas y templos. Eso no es cierto. Todos están invitados, asegura Fabio.

No obstante, sólo sus regentes, quienes "tienen una estricta observancia de los mandamientos" y las parejas que celebraron el matrimonio por eternidad tienen acceso los segundos. El último es un sacramento que les garantiza que la unión perdure después de la muerte.

Los sujetos -partidarios o no- tienen 30 días para entrar al templo, a partir de que termina su construcción. La admisión es restringida, concluido el periodo.

El sacerdote es el encargado de la vida espiritual de las estacas. Su modelo es presbiteriano, porque el titular posee vida personal independiente. Por ello, el celibato no es obligatorio, comenta Gómezjara en su obra.

El ministerio es exclusivo de los varones. Su preparación inicia a partir de los 12 años de edad. Hay de dos tipos: el de Aarón y el de Melquísedec. La ordenanza es llevada a cabo después de pasar por varias categorías. Si el aspirante no fue bautizado y confirmado, es negado. Las féminas están relegadas a ocupar puestos en grupos sociales o de enseñanza, aunque también pueden intervenir en las ceremonias, bajo la vigilancia del sacerdote.



-¿Por qué excluyen a las mujeres?

-Ellas tienen un privilegio: ser madres. Ellos tienen una responsabilidad: dar a conocer la palabra de Dios, responde convencido el informante.



CAMINANTE NO HAY CAMINO

Los misioneros son el pilar de la estrategia de difusión de su "verdad". Son enviados a la ciudad de México para ser instruidos y asignarles la región que recorrerán por más de un año. Son mandados al extranjero, en algunos casos.

Es una labor voluntaria y también consagrada a los hombres. Por ello, costean buena parte de su travesía, misma que inician a los 18 años, en promedio, relata el entrevistado, quien vivió la experiencia durante su juventud.

Radicó en Estados Unidos por más de una década. Fue durante su estancia que conoció a la Iglesia. Decidió ser misionero, al poco tiempo de unirse a ella. Viajó a México, lugar en el que predicó por dos años. Llegó a Chiapas y fue a Tonalá, Mapastepec, Suchiapa, Comitán y San Cristóbal.

Informa que más de 50 mil muchachos dan a conocer su fe por el mundo, en estos momentos, de ellos más de media centena está en la entidad. Uno de ellos es alguien que nombraremos Mauricio, quien recorre las calles de Tuxtla Gutiérrez, mochila al hombro y gafete en el pecho, desde temprano. Camisa blanca, corbata oscura y pantalón de vestir es su "uniforme", prendas que no deja hasta culminar su jornada.

Con paso firme, emulando al de un caballo, pasa por la Secundaria del Estado y vira a la izquierda, en la esquina que forman la 2ª Sur y 5ª Oriente. Llega frente al paradero de los colectivos de la Ruta 48, ubicado frente a la cancha de la parroquia de San Roque.



-"¿Va por la Potinaspak?, ¿Ya va a salir?", pregunta al checador de horario de las combis.

- "¡Sí, súbale, en cinco minutos nos vamos!", contesta molesto el empleado.

La unidad número dos inicia su marcha. Mauricio está fatigado. Sin embargo, debe cumplir su misión, para agradecer los favores recibidos y fortalecer su creencia.

Ellos retornan a sus sitios de origen, tras cumplir su trabajo. El regreso es difícil para algunos, como alguien al que llamaremos Sergio, quien dejó la universidad a menos de dos años de concluirla, por promover su credo en Sudamérica.

La coyuntura financiera mundial, la influenza y el terremoto de Chile fue parte de lo que vivió durante su estancia, de forma directa o indirecta. Volvió a casa a finales de 2010. Retomó sus estudios con una generación diferente, porque sus compañeros originales egresaron hace dos años. Confía en terminar su licenciatura, en diciembre próximo.

Por medio de los misioneros, son cumplidas dos funciones psicosociales de toda religión: la proyectiva y la evasiva, porque las personas dan salida a su frustración, gracias a la experiencia, misma que también les brinda un escape emocional, argumenta Gómezjara en "Sociología".

Muchos anhelan ocupar puestos de liderazgo en la institución. No obstante, dependerá de que reciban un llamamiento, es decir, que Dios les indique cuál es su deseo, mediante un sueño, mismo que puede tener el propio involucrado u otra persona. Su trabajo tampoco será gratificado. Los únicos que reciben pago por su trabajo son los empleados que son ajenos al dogma, reconoce Fabio, quien ahora es uno de los administrativos de la estaca Tuxtla-México.

Estos aspectos forman parte de su Plan de Salvación, conformada por sacramentos con los que intentan ganarse la vida eterna. El proyecto es completado con algunas actividades -como las que son efectuadas mañana, día en el que conmemoran el arribo de los primeros fieles al Lago de Valle Salado, a mediados de la década de 1840- y sacramentos, los cuales no están exentos de controversia, como el bautizo de los muertos.